Una de las leyendas marinas más extendidas de todos los
tiempos es aquella narración fantástica
y hasta aterradora sobre olas gigantes. En un día de fuerte tormenta, es común
encontrarse con olas de 10 metros, algo que frecuentemente enfrentan los hombres
de mar con respeto y hasta cierto miedo. Sin embargo, otros relatos marinos
hablan de olas de mucha más altura, monstruosas olas de más de 30 metros que se
alzan como inmensas paredes de agua. Estos relatos se habían mantenido, a
través de los siglos, entre la realidad y la fantasía, pero hace relativamente
poco tiempo se ha demostrado la existencia de estas gigantescas y mortales olas.
Las olas gigantes, olas vagabundas, u olas fantasmas, bautizadas
en inglés como freak waves, rogue waves o extreme waves, son enormes masas de
agua que aparecen de la nada, muchas veces en un mar en calma y que pueden
llegar a tener alturas semejantes a edificios de diez pisos. Estas monumentales
paredes de agua pueden viajar cientos de kilómetros antes de deshacerse. Son
olas espontáneas que no tienen nada que ver con el estado de la mar, el viento,
ni tampoco tienen su origen en terremotos o maremotos, siendo por tanto
diferentes a los tsunamis.
Este gran misterio de la oceanografía ha sido ampliamente
monitoreado y estudiado durante años, y hoy en día ya ha quedado demostrado que
las olas gigantes existen verdaderamente y son responsables de numerosos
naufragios que se han cobrado la vida de unos 540 marineros, incluyendo barcos
de más de 200 metros de largo.
Wolfgang Rosenthal, científico del Centro de Investigación
GKSS de Alemania, explica que en promedio se hunden cada año dos barcos, pero
las causas no suelen ser investigadas a fondo, como sucedería en el caso de un
siniestro aéreo. Por lo general se suelen explicar estas catástrofes como
consecuencia del “mal tiempo”.
El primer hecho documentado de este fenómeno data del siglo
XIX. La historia del repentino encuentro con una ola gigante contada por Jules
Dumont D´Urville, fue tomada a broma y
con escepticismo, suscitando notables burlas hacia el marino.
Un siglo más tarde, a través de los satélites, se ha podido
observar este fenómeno viendo que son mucho más frecuentes de lo que se pensaba
y que se dan en todos los océanos del mundo.
El 1 de Enero de 1995, a unos 180 km mar adentro de las
costas Noruegas del Mar del Norte, se encontraba la Plataforma Petrolífera de Draupner, cuando
súbita y repentinamente fue registrada por un sensor láser de medición vertical
de alta precisión, una gigantesca ola de nada menos que de 25,6 metros. La ola
fue bautizada por la comunidad científica como “La ola de año nuevo” por el día
en que se produjo.
En febrero de 1995 el trasatlántico Queen Elizabeth II se
encontró con una ola gigante de 29 metros de alto durante un huracán en el Atlántico
Norte, a la que el capitán Ronald Warwick describió como "una inmensa
muralla de agua… parecía como si nos abalanzáramos hacia los acantilados White
Cliffs de Dover".
La ola gigante más grande medida científicamente fue
registrada por el buque oceanográfico británico “Rockall” al oeste de escocia
en el año 2000, alcanzando una altura de 29,1 metros hasta su cresta.
Este tipo de olas puede producirse en cualquier lugar del
océano, y pueden presentarse bien como olas solitarias, o en grupos de 3,
recibiendo el nombre de "tres hermanas".
En marzo de 2010 en el mar mediterráneo el “Louis Majesty”
fue sacudido por tres olas consecutivas de más de 8 metros de altura mientras
cruzaba el Golfo de León entre Cartagena y Marsella. Las olas que surgieron sin
previo aviso eran anormalmente altas en relación al estado del mar del momento.
El impacto causó dos muertos entre el pasaje del crucero.
El pasado invierno, el 21 de octubre de 2014, la boya
gallega de Villano Sisargas midió una ola gigante de 27,81 metros de altura
siendo la altura máxima de ola registrada en España.
En el año 2000, fue creado el Proyecto MaxWave, el cual reúne
a meteorólogos, oceanógrafos e ingenieros navales de siete nacionalidades
diferentes, y después de 5 años de investigación, la Agencia Espacial Europea
(ESA), confirmó la existencia de estas olas, llegando a la conclusión de que
estas monstruosas masas de agua aparecen cada año en todos los océanos del
mundo. Mediante satélites y la tecnología más puntera, se cree que en la
actualidad se es capaz de detectar, y poner en alerta con eficacia sobre su
presencia en cualquier parte del océano, aunque todavía habrá que esperar unos
años más para desvelar el misterio de cómo se originan estos auténticos
monstruos marinos.
Grupo Sigma Investigación Paranormal.
Fuentes:
http://www.esa.int/esl/ESA_in_your_country/Spain/Satelites_de_la_ESA_descubren_olas_monstruosas_que_hunden_barcos/(print)
http://www.consumer.es/web/es/educacion/2004/08/21/107654.php
https://www.lavanguardia.com/vida/20040722/51262795754/las-olas-gigantes-no-son-un-mito.html
http://www.soest.hawaii.edu/PubServices/2005pdfs/Rosenthal.pdf
https://cordis.europa.eu/news/rcn/22361/es